domingo, 13 de julho de 2008

El llamado y el aprendizaje


Dando continuidade à reflexão proposta no último post, sobre Ação e Inação, insiro agora um texto que li esta semana, do Octavio Paz. Ele aborda o tema da vocação inata que algumas pessoas têm para determinados ofícios ou atividades, e que se manifesta através de um chamado, ou da súbita e intensa descoberta de algo que realmente gostamos. Acredito que, para ser sentida essa manifestação ou chamado, é necessário estar com todas as atenções latentes, em especial aquelas mais sutis, que não podem ser vistas, nem tocadas, nem manipuladas, mas que afloram em cada indivíduo, em determinado momento das suas vidas.

"En todas las vocaciones intervienen dos elementos: el llamado y el aprendizaje. ¿Qué es el llamado? Me parece imposible definirlo. Sin conocer exactamente la razón, un día sentimos una atracción inexplicable hacia esta o aquella actividad: la herrería, la actuación escénica, la equitación, la música. Casi siempre esa atracción es irrefrenable; casi siempre también está asociada a la habilidad o al talento que requiere la actividad que nos atrae. Cierto, la excelencia es rara y sentir atracción por esto o aquello no implica necesariamente talento o maestría. Aunque el talento sea raro en todos los oficios, el llamado nace de una disposición innata que nos otorga, en proporciones variables, la capacidad de hacer las cosas. Además, nos da el goce de consagrarnos a aquello que amamos. El llamado es interior y puede ser instantáneo o paulatino; apenas se manifiesta, deja de ser una revelación, es decir, el descubrimiento de una afición oculta para convertirse en una imperiosa invitación a hacer. La palabra central, el corazón del llamado, no es el conocer sino el hacer. Es un hacer inseparable de nuestro ser más íntimo: el pintor pinta porque cree, y en parte es verdad, que sólo en y por la pintura llegará a ser lo que es; pintar es su destino y sin la pintura él no tendría existencia real, sería una sombra de sí mismo."

Texto: Paz, Octavio. Miscelánea I – Primeros Escritos, pp. 15. México: Círculo de Lectores – Fondo de Cultura Económica, 1999.
Imagem: Newton, de William Blake.

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